En la construcción de un partido político existen dos modelos principales: El modelo A se caracterizan por basar su apoyo en una red de militantes, activistas y simpatizantes que comparten sus valores y objetivos políticos. Su estructura interna suele ser democrática y participativa, tomando decisiones importantes mediante la participación de los miembros. En términos de financiamiento, prioriza fuentes sostenibles como membresías, donaciones individuales y actividades autogestionadas.
El modelo B tiene una estructura interna menos democrática, con decisiones importantes tomadas por líderes individuales y profesionales especializados. Estos partidos no buscan tener una cantidad masiva de militantes, pues priorizan el uso de medios digitales para hacer campañas políticas. Del mismo modo, buscan financiar sus campañas buscando patrocinios de empresas, entidades privadas, así como el capital de sus lideres.